Aquellas sillas ergonómicas que ayudan a sentarse en una posición correcta con la pelvis neutra y la columna vertebral elongada, con un mínimo de tensión podemos decir que son las mejores. Por ello ante la compra del nuevo material de oficina debemos de tener en cuenta nuestra salud a largo plazo y también la salud de nuestros empleados, por civismo. Y si a usted no le preocupa el prójimo piense que en el fondo al empresario es a quien más le interesa que sus empleados estén en pleno rendimiento las horas que dedican a diario al mundo laboral. Sin embargo hoy no dedicamos el post a explicar cómo elegir y comprar una buena silla ergonómica, sino que les comentamos el modo correcto de sentarse y unas nociones de anatomía. En posteriores artículos miraremos diferentes posibilidades para llegar a ello y analizaremos algunos modelos de taburetes, butacas y sillas ergonómicas.
Para definir el modo correcto de sentarse en una silla ergonómica estudiaremos hoy los dos aspectos más importantes según mi criterio. Una buena basculación de la pelvis, y una posición en la que la espalda esté cómoda pero activa. El verdadero problema es que en realidad la elección del mobiliario para la oficina no se realiza sólo de acuerdo a criterios científicos, sino que existen prejuicios de tipo cultural que por ejemplo nos impide tener mesas bajas y sentarnos en el suelo, o de tipo estético, personal, etc. En realidad para mi la silla ergonómica ideal no es nada compleja y una de sus variantes aplicadas a una oficina de occidente podría ser un taburete que permita regular la altura junto con una mesa que esté a la altura correcta.
La pelvis: Nuestra columna se sustenta sobre la pélvis, y de ella dependen en gran medida sus curvaturas. Si la pelvis se inclina hacia delante de forma intensa (anteversión), el cuerpo al intentar mantener la horizontalidad de la mirada (lo hacemos de forma inconsciente) curvará la región lumbar, la zona baja de la espalda, creando allí una gran tensión a nivel de los discos intervertebrales y de las musculatura. Si en cambio la pelvis está inclinada hacia detrás (retroversión) la zona inferior de la musculatura tiende a relajarse, pero la presión se desplaza a la zona lumbo-torácica. Esta seria la postura típica en la que la espalda cae hacia detrás quedando redondeada. Este movimiento es buscado por el cuerpo de forma inconsciente para aliviar la tensión en la región lumbar, pero al dejar caer el cuerpo hacia detrás y hay otras consecuencias negativas que suelen ir asociadas: cierre de la caja torácica, debilitamiento de la musculatura de la espalda y tensión en la región cervical. Esto aplicado a una silla ergonómica quiere decir que su base debe ser horizontal o ligeramente inclinada hacia delante.
La fuerza de la espalda: una clave importante para mantener durante largo tiempo una postura ergonómica, correcta, sana, es tener suficiente fuerza en la musculatura profunda de la espalda. Alrededor de la columna tenemos una serie de pequeños músculos paravertebrales que conectan unas vértebras con otras y que tienen dos funciones: dar estabilidad a la espina dorsal, actuando como dos columnas colocadas a los dos lados de las epífisis espinosas de las vértebras, y la segunda ajustar a la perfección los movimientos de las vértebras. ¿Y como podemos fortalecer estos músculos? No sirve ir al gimnasio ni tampoco realizar una tabla de ejercicios de 5 minutos. Lo que los paravertebrales necesitan para tonificarse es mantener "recta" la columna vertebral. Ellos la elongan, y la ponen firme. En otras palabras si usted está sentado sobre un taburete con la espalda estirada, sin encorvarse, estos músculos están trabajando, si usted está de pie bien erguido, estos músculos están realizando su función. Y eso es lo que les hace estar sanos, por ello para una persona sana una silla ergonómica ideal no tendría respaldo alguno.
Imagen: en dominio público.
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